El Paraíso en los tiempos heroicos de los pioneros

Cuando hemos llegado en el año 1988, nuestras tres casas adosadas se encontraban solitas en la nada con obras de la urbanización en total derrota. La piscina era el único lujo pero nos ha dado muchos problemas (de dinero). No había ningún camino de baldosas, ninguna carretera para llegar desde Sa Rapita, solo un camino de barro. En casa teníamos electricidad por un generador y agua por camión. Una realidad muy alejada de la publicidad que nos había entusiasmados.

Poco tiempo después desapareció el promotor. Para enfrentar la situación solo nos quedaba nuestro ánimo y nuestros brazos. Así, a fuerza de voluntad hemos conseguido que El Paraiso no se quede abandonado. Se puso en marcha otra vez el proyecto y poco a poco se levantaron otras casas y se acabaron las obras. Durante los primeros años, éramos un pequeño grupo de pioneros (8-10) y cada uno tenía que contribuir, incluso pagando mucho más que la cuota.

Erika

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